jueves, 17 de junio de 2010

Soy un jilguero

Soy un jilguero
Soy un jilguero
En los humedales me despluman
En los olivares me aman

En mis nidos los polluelos
Nacen trazos, altos vuelos
Y los tristes girasoles
En mis patas se anillan rosados

Veo el mundo y es un óleo
parduzco rojizo verdoso
Y migro y el aire me atrapa
Con sus ojos acuosos

mis huesecitos están rellenos
por la ambrosía secreta del gran arenoso
un niño me sujetaba mientras
mi rostro pintaba de rojo

Picoteo las semillas
en los senos de un cardo
soy el hijo saltimbanqui
del conífero anciano bardo

Soy un jilguero
En la prisa matutina se esfuma
temprana la bruma
Y los tintes del siroco se deslizan
por mi pluma

lunes, 26 de abril de 2010

Cher bouquiniste (Otro cuento loco de París)

Cher bouquiniste
Tu est tu etais
Comme tout les outres hommes sans jardin
Sur les rêves ensoleillés d'un jour
oú les amantes locos revaits s'aiment
Ta vélo sur le mur mettant l'accent
qui est la cruelle démystificacion de votre histoire
Je ne suis pas que ton esprit d'enfant
qui se trouve dans les mers de
la impuissance
pris au piège des cirques perdus
de l'affect, de la mémoire.


Querido bouquiniste
Tu estás tu estabas
Como todos los demás hombres sin jardín
En los sueños soleados de un día
Donde los amantes locos soñados se amaban
Tu bicicleta sobre el muro acentuaba
la que es una cruel demistificación de tu historia
Yo no soy más que tu espíritu de niño
Que se encuentra en los mares de
la impotencia
atrapado en los circos perdidos
del afecto, de la memoria.

martes, 13 de abril de 2010

Soliloquio de un loco en el fondo de un vaso de bourdon (Un cuento loco de París)

Su voz se desliza a través del micro, desciende por sus manos y se expande por la sala repleta de humo y semioscuridad. Magnética, susurrante, se pega en tu mente...al igual que ella.

El amor, es algo bello que estropeas sin darte cuenta
Te di, mi vida entera, mis besos y ahora te alejas…


Son las tres de la mañana. Los trasnochadores afortunados de esta noche atienden al pequeño manjar de su canción entre copa y copa y copa. Quizá la hayan contratado porque su voz incita a beber más, porque las cuentas se van incrementando noche tras noche, grado tras grado, como la temperatura en el local y cada acorde. Ninguno se da cuenta de que ella está siendo atacada por la sombra del recuerdo.
La música es algo que viene y se va, algo que rueda poco a poco, algo que se muere, algo que se esnifa, una semilla negra en el corazón que arraiga con cada balido insustancial del triste pecho.
La voz se desgarra, tañe penas de viejo a la anciana soledad que se esconde como una araña en los telares de las esquinas del pub y en los rincones más insólitos del alma.

Vete, me has hecho daño
Vete, estás vacío
Vete, lejos de aquí.



Pero no se van. Los inertes habitantes que pululan por el local no le permiten ni siquiera descansar los posos agitados en su garganta. Y ya no lo harán más.

¿Qué quieres de mí?
¿Qué quieres de mí?


¿A quién le gritas, Margot? ¿A quién le cantas? En la dulce oscuridad en la que te mueves las caras no son caras si no un espejismo borroso de tu infancia perdida entre tocadores repletos de ausencia, más tarde el metro de París. Las flores que brotan en la primavera cenicienta de tu piel son una excusa, otra herida que supura el amor que nadie te ha enseñado nunca. ¡Pobre niña perdida, Margot, la sedosa electricidad de tus pómulos salpica de rojo el raído escenario!

Vete, con tus mentiras,
Vete, me has hecho daño,
Vete de aquí


La pulpa de tu voz se pierde dos o tres octavas por encima de la escala. Como si a alguien le importara, como si alguien pudiera percatarse. Solo ansían tu roja boca, tu cuello eterno, tus hombros crujientes tus manos morenas…pero son ciegos, ciegos Margot, y jamás te han visto. No acarician la sombra entre tu frente, no comprenden tu canción. No te oyen.
Y pronto, en la penumbra estaré yo. El poeta de rasgos caídos que te rescatará de las garras de tu vida. Ya falta un poco menos, Margot. Sólo otra canción. Siento el metal en mi mano firme. Esta noche por fin mi amor te buscará para siempre a la salida de tu voz. Y ya no habrá miedo, mi amor, Margot, Margot, ya no habrá nada. Tu voz no volverá a acariciar a esos malnacidos. Porque ya he cargado la pistola, y ahora tu bajas del escenario y todo se acaba.
-¡Qué quieres de mí!
Solo el ruido del aire rasgándose y la semilla de mi amor te alcanza. Te recojo. Pero ya no, te estás yendo muy rápido, yo que tanto te he amado…

¿Y ahora te alejas sin decirme un adiós?
....
...
..
.
  • Otro relato corto que escribí para el blog de historias cortas (http://www.liverpoolnine.blogspot.com/) que todos deberíais leer :). Este pequeño songfic incluye partes de la letra de Vete, originalmente de un grupo llamado Los Amaya y versionado por Marlango (prefiero su versión) para la película Malas Temporadas.

miércoles, 7 de abril de 2010

ARTILUGIOS SEMIESFÉRICOS DE LUZ Y PENUMBRA

I

Cuántas veces cuantas
cuantas veces te amó alguien como te amé yo
cuantas veces has hecho que olvidarte sea tan imposible
como has conseguido recordarte así
tantas como noches de estrellas
todas tuyas todas
como tantas veces borré
los ojos con mis dedos quebrados
los ojos de algún personaje malherido
de mis relatos imaginarios
de cada dibujo en cada museo en cada casa del mundo este
en el que ya no estás tú
solo para vislumbrarte un rato como rayo de sol descubriendo la penumbra
penumbra llena de polvo de soledades ajadas
cadáveres parlantes recopilando volúmenes de ti
relámpago sulfúrico
cadencias ácidas al tacto
veinte millones de estrellas
todas ellas todas tuyas
todas tú-
y a lo lejos el sustrato del agua
refleja a la vencedora mañana clara
y como el último lucero del alba
te vas con la bruma dorada
y el faro de mi esperanza ya marchita
sigue buscando que ciegues su luz ya cansada
de girarse en busca de tu voz a su tuerta espalda

martes, 23 de marzo de 2010

A morriña dos amorodos (Parte 1)

Bajaba el sol algo renuente por aquella tarde seca de Agosto, cuando, sentadas en la terraza de piedra, Paola le preguntaría por última vez a su abuela si podían ir a coger amorodos silvestres de los que crecían al lado de los maceteros (curiosamente vacíos y repletos de polvo y tierra) tras el ciruelo viejo, cerca del muro trasero del jardín.
Su abuela la miró desde sus gafas de montura de la década de los ochenta, con sus arrugas pequeñitas, marcadas, que formaban valles eclécticos alrededor de sus ojos emorronados por el cristal antiguo:

-¡Ay! Cómo me gustaría, pero el abuelo se compró hace poco una máquina de esas para desbrozar el jardín y ¡vaya por Dios! él empezó a segar y segar que no dejó ni un sólo arbusto. Ya no hay fresones...ni se dio cuenta. Pero mira que lo pasábamos bien cogiendo amorodos, ¿Eh? ¡Amorodos como esos no lo había en cualquier lado! ¿Te acuerdas de cuando érais pequeños, Eviña...?

Paola la miró con una sonrisa inocua, dándose cuenta de que la miraba esperando un reconocimiento o un elogio a todos aquellos días bajo la sombra alargada de las maceiras, cuando ella aún se subía con una escalera y un gigantesco armatoste ,consistente en la compleja simpleza de una caña pulida con una cesta en un extremo a recoger la fruta real, verde y dura, quizá un poco picoteada por los gorriones, pero real, fruta auténtica, es fruta imperfecta y plagada de defectos, ácida, sabrosa, carnal, en la que algún gusano había agujereado el envoltorio virginal; y de que había vuelto a confundirla con su hermana mayor.

-Si, de algo me acuerdo...¡Pero ya pasaron muchos años!-se rio, desencajándose de manera superficial, solo dándose cuenta en algún nivel de lo casi inconsciente de que acababa de enmarañarse consigo misma en la contradicción de los recuerdos de la superada infancia, que en realidad, tal vez por vergüenza, no quería recuperar, pero que había expulsado a la superficie en un inesperado arrebato de memoria.

-Nosotros ya casi no nos damos cuenta, pero de repente, cosa de un día al otro, ya estáis todos muy crecidos-la abuela sonrió-aún parece que fue hace nada que estabas tú con los primos jugando por ahí a hacer cabañas en la huerta...y ahora tu hermana ya está en la universidad...¿Y este verano? ¿Vais a venir algún día? Ya sé que ahora sois mayores y estáis muy ocupados con vuestros amigos y esas cosas...

-Bueno-Paola, incómoda, se veía esquivando escollos irremediablemente-no sé...Este verano Lupe y yo tenemos campamento. Tendría que preguntarle a mamá...

La abuela la miró. Fue entonces cuando Paola sintió un algo extraño subiendo a pasitos por su garganta, uno de aquellos gusanos tropicales raros, que se apresuran a invadirte en los momentos más insospechados. Cuantas ganas de llorar.

La infancia, tantas veces repudiada, se les moría ahora a la abuela y a Eviña entre los brazos yermos que apenas podían ya sostenerla.








Bueno, ¿Opiniones al respecto? Tengo que decir que el texto estaba "pensado" para estar escrito en galego, of course, y que tendría que continuarlo. Por eso los nombres de los árboles y el "amorodos" ya que la abuela, siempre, hable en el idioma en el que hable (incluyo chino mandarín) dirá AMORODOS y no fresas, porque las fresas están exentas de recuerdos, amor, sabor y , especialmente, de ALMA.

viernes, 12 de marzo de 2010

Little Miss Sunshine


Little Miss Sunshine, originalmente cargada por Vá Gayoso.

domingo, 7 de marzo de 2010

Cambiando el título..


Siguiendo el consejo de mi resucitado amigo Lennon (a veces Lightyear) voy a intentar crear mi propia plantilla poco a poco. Lo primero que quiero hacer es cambiar el encabezado, y aquí esta el diseño que por el momento voy a usar.





El problema es que el blogger es leeento.